martes, 16 de junio de 2015

El taller, otro peso en el alma



Gracias a este taller pude reencontrarme con mi yo escritor. 
Me causó muchísima felicidad poder volver a despertar viejos sentimientos, saludar antiguos personajes y crear nuevos. Hacía tanto que no escribía imaginando un mundo…
Uno se pierde cuando escribe, todo tiene otro color, otro peso en el alma. Están más vivos los monstruos peludos amigos de niños que los exámenes secos y rígidos.           
Entrego a ustedes, lectores, estos textos, que surgieron en pleno cuatrimestre, previo a mí tan esperado egreso, dónde muchas otras ideas y preocupaciones tuvieron lugar. 
Me hubiese encantado poder compartir con otra alumna la cursada completa, para poder generar posibles propuestas de escritura , escuchar otros puntos de vista, leer producciones ajenas y descubrir mundos quizás desconocidos para siempre. Pero a su vez, el cursar sola me hizo repensarme, releerme, reconocerme, entre muchísimas otras cosas, para así poder mejorar y progresar personalmente.
Antes de que lean mis creaciones, quiero decirles que los invito a optar por este espacio del taller de narrativa y literatura, sin miedos ni prejuicios. Y así les digo: Anímense, escriban, escríbanse en todo sentido, léanse, admírense, critíquense y critiquen (con onda, obvio), reescríbanse, respeten y sean respetados. Quiéranse.
Espero disfruten de su próxima lectura, como yo disfruté al producirla.
Y de no ser de su agrado, sobre gustos NO HAY NADA ESCRITO.
Los invito a escribirlos…
                                                                                                                                                          Marion Peralta, 2015

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Me anoté en este taller de Narrativa, sin tener ningún tipo de expectativas, ya que no soy de leer y tampoco de escribir. Al anotarme, pensé que tenía más que ver con la literatura y la narración de cuentos, y la verdad que no me copaba demasiado. Con el correr de las clases me di cuenta de que lo que yo me imaginaba de la cursada, era todo lo contrario.



Este taller me sirvió mucho para poder escribir historias, más allá de que estén bien o mal, pero a poder hacerlas. A pesar de que me costó mucho, aprendí a dejarme llevar por la imaginación y escribirlas, ya sea por empezar a darle un significado a los nombres, imaginar un lugar o mismo también a través de nombres de caballos, nunca pensé que por intermedio de estas cosas, podría escribir historias. 

Tener que leer mis narraciones delante de mis compañeras, me daba un poco de vergüenza, pensaba que iban a estar mal, pero la verdad es que con el correr de las clases me di cuenta de que leerlas me servía para poder modificar mis errores, entre todas nos hacíamos críticas constructivas, de esta manera nos ayudábamos a darnos cuentas nosotras mismas de nuestros errores.


Al finalizar la cursada, me doy cuenta de que fue totalmente diferente de lo que yo pensaba. Este taller me enseñó a poder desarrollarme en la escritura, que era algo que no hacía y me costaba mucho. El grupo de compañeras que se formó, junto con la profesora, Silvia Pérsico, fue muy bueno, de todas puede aprender muchas cosas. Me llevo una linda experiencia por este taller de Narrativa y Literatura.

Aldana Sinópoli, 2016

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Mi   experiencia en el  Taller de Narrativa y Literatura fue buena porque pude aprender cosas que a mí  me faltan. Cuando fui el primer día pensé que sería una clase de lengua, la cual a mí no me gusta, pero bueno fue algo distinto de lo que yo pensaba y me entusiasmé clase tras clase. Los trabajos que me estimularon fueron el cadáver exquisito, hacer descripción y narración sobre algún lugar, inventar una historia como ¨El caballo Koller¨, a partir de nombres de caballos de carrera.
Me llevo un recuerdo lindo de este taller, me sirvió para mejorar mis dificultades de aprendizaje. También para agradecer  a la profe Silvia por el apoyo que me dio en este poco tiempo para mejorar y salir adelante; dé que todavía me falta mucho, pero esto me sirve para saber que con esfuerzo y dedicación se puede.
El taller me enseñó a poder desarrollar mi creatividad en la parte literaria y narrativa que día a día fui descubriendo en mi desempeño como alumna.

Estoy muy agradecida porque me llevo de usted y de su materia lo mejor y espero que siempre estemos en contacto. No se olvide de su alumna Liliana Rivero.     

Liliana Del Valle Rivero, 2016


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Gracias a este taller pude dejar volar mi imaginación y expresarme a través de la escritura ,cosas que tal vez me daban vergüenza por miedo a equivocarme o no poder llegar a transmitir lo que quería en cada trabajo.

Con la ayuda de la profe y de mis compañeras ,pude darme cuenta de mis errores , poder dar nuestras opiniones en cada historia escrita y fue muy bueno escuchar los diferentes estilos de cómo ellas imaginaban sus historias a partir de una consigna.




Realmente no puedo elegir un trabajo, ya que todos me gustaron a pesar de que algunos me hayan costado más que otros, como por ejemplo, imaginarse una ciudad y que a partir de eso comiencen a dispararse diferentes ideas , tratar de juntarlas , escribir y de alguna forma dejar la vergüenza de lado y leer frente a mis compañeras, que es una de las cosas que al pasar las clases fui perdiendo de a poco.
Al terminar la cursada, me llevo: al grupo que se formó junto a la profe Silvia Pérsico, del cual aprendí muchísimo y voy a seguir aprendiendo. Seguir escribiendo , dejar volar la imaginación , que gracias a ello y de escuchar diferentes relatos en cada clase me di cuenta de que salen cosas muy interesantes.
¡¡A dejar volar la imaginación.!!



                                                                                                                                                  Katherine Nazer, 2016




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Sensaciones encontradas
en una misma mirada,
creando un espacio
con pelos lacios.

De un grupo desconocido
surgió uno muy divertido,
Algunas muchachas calladas
y otras mucho más habladas.

Poco a poco fui nutriendo


y a la vez construyendo,
historias que salen de mi mente
Casi de forma inocente.

Transitando este taller
me topé con mí florecer.
Sin saber que podía fabricar
historias me he de llevar.


Agradezco el andamiaje
pronto sacaré el pasaje 
a un lugar con hospedaje
para relajarme sin maquillaje.

Paula Vega, 2016

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En este espacio de escritura, he aprendido a escuchar, compartir y sobre todo dejar fluir mis pensamientos y poder plasmarlos con papel y lápiz. Desde la invitación a la imaginación y la crítica constructiva de nuestras compañeras y profesora, surgieron producciones instantáneamente. Producciones que salen de adentro, que remueven sentimientos inconscientes y que canalizamos a través de oraciones, frases y hasta a veces, resumidas en una sola palabra.



Palabras que nos reflejan a nosotros mismos, a nuestro ser que oculto se esconde bajo nuestra conciencia. Palabras a las que a veces no queremos escuchar, ni sentir. Esas mismas, con la escritura y su práctica, salen a la luz como por arte de magia o de lírica. Hoy, conozco que a través de un disparador o un simple juego pueden salir desde lo más profundo de nosotros, el arte que cada uno puede regalar a quienes están dispuestos a recibirlo, leerlo y sentirlo. Ojalá muchas compañeras tengan la experiencia de imaginar mundos, fabricar lugares y personajes y, por sobre todo, escucharse y encontrarse con uno mismo a través de la escritura y la lectura.


Luciana Gallo, 2016

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Me resulta difícil en ciertas ocasiones poner en manifiesto mis emociones,  limitaciones, encuentros, desencuentros y una gran variedad de sensaciones que traen consigo este taller.
Me llevo un caudal no solo de información y de herramientas, sino también de momentos cálidos que nutrieron mi alma y mi corazón.
Técnicamente aprendí mucho, pero me es imprescindible destacar el grupo de compañeras que se formó, en conjunto, también de la profesora, que no lo hubiéramos podido lograr unas sin las otras.
Me fascina  escribir, de hecho lo hago en el grupo cristiano en el que participo. En varias ocasiones me toca preparar las clases, con lo cual he utilizado en más de una oportunidad las herramientas brindadas aquí, en este hermoso taller. Me encantó nutrirme desde otros lugares para poder expresarme mejor, y quizá no se si estarán en las planificaciones de la docente, pero que sin lugar a dudas ha sido portadora de una gran llave, la cual nos obsequió y nos abrió las puertas a una nueva dimensión. A lo desconocido, que muchas veces tememos explorar, a lo muy conocido y así también banalizado, menospreciado en muchas oportunidades; enseñar y aprender a ver las diferencias y nutrirse también de ellas.
En fin, mucho, mucho por aprender, mucho y quizá poco para enseñar...
Tanto para dar que a veces tengo temor de que no sea lo suficiente…
Lo suficiente quizá resulte poco abarcativo…
Y por desear abarcar tanto, me pierda en el camino…

Ese camino que volveré a recorrer las veces que sea necesario…

Yamila Medina, 2016

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Cuando me anoté tenía muchas expectativas, porque creía que el taller apuntaba a aprender a narrar, pero enfocándose solamente en la expresión escrita, con relación a la gramática; algo más concreto y específico. Pero en la primera clase la profesora nos explicó que en el taller lo más importante era la creación, la narración emotiva. Si bien, realizamos correcciones junto a la profesora y las compañeras, esto no era lo principal., Lo más importante era dejar fluir la imaginación, las palabras, aquello que me despierta un nombre, un personaje, un lugar. La profesora me recordaba que escribiera lo que me saliera, después había tiempo para corregir… 

Así fueron pasando las clases, las historias. Al principio me daba vergüenza pensar en que publicaran mis historias en el blog o contárselas a mis compañeras. Pero todo fue pasando de a poco, todo transcurrió con tranquilidad y dio paso a un momento de reflexión y charlas sobre autores, libros, distintas técnicas para enriquecer nuestras narraciones; las expectativas fueron cambiando y me amigué con las historias que producía. 

Me sentí a gusto, no lo viví con la tensión que hay en otras materias. El hecho de que fuéramos pocas compañeras, brindó un espacio de encuentro, de producción y sobre todo de aporte para todas en nuestras creaciones; todo era con buena onda. La propuesta que más me gusto fue la de “cadáveres exquisitos”: Cada una debía escribir unas breves oraciones con lo primero que se viniera a la mente, y doblar la hoja para que nadie lo viera. Nos intercambiamos las hojas y cada una tenía su historia hecha entre todas, de allí surgieron narraciones disparatadas, pero muy divertidas. 

Del taller me llevo sobre todo confianza; para producir mis historias, para dejar volar mi imaginación, para expresar mejor mis sensaciones; ganas de seguir leyendo, de seguir creando historias, de mejorar cada día para mi futura profesión. Agradezco a la profesora Silvia Pérsico y a mis compañeras por todo lo transmitido, porque siempre hay cosas para aprender y mejorar, pero si hace con buena energía todo es más lindo.

Jennifer Báez, 2016
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Cuando elegí hacer este EDI de Narrativa, pensé que me iba a encontrar con una profesora que me iba a enseñar a narrar cuentos e historias para los niños y niñas del nivel inicial. Sin embargo, no fue así.
En el primer encuentro, la docente nos contó lo que íbamos a hacer durante la cursada: crear nuestras propias narraciones. Esa misma clase, enseguida nos dio la primera consigna para largarnos a escribir. Pensé que sería todo un desafío, ya que me cuesta mucho y nunca tuve la posibilidad en ninguna materia de desarrollar esta capacidad.
Al principio, debo admitir que no me gustó la idea, ya que esperaba que el taller fuera otra cosa. Con el correr de las clases me fue entusiasmando lo que hacíamos, cómo a partir de una idea, un objeto, un lugar o un personaje creábamos nuestras propias historias.  
La experiencia fue muy fructífera y enriquecedora para mí; por un lado, porque me sirvió para tomar coraje y lanzarme a escribir; por el otro, porque me permitió traer a mi memoria recuerdos personales y hechos sociales históricos que no tenía presentes y que fueron muy importantes en mi vida.

Además, el trabajo en grupo con mis compañeras, a partir de la lectura conjunta de nuestras narraciones, me permitió corregir mis obras y aportar a las de ellas. Entre todas creo que aprendimos de la forma de escribir de la otra. Nos conocimos, nos abrimos al grupo, dejando ver nuestros sentimientos a través de los recuerdos personales.
Eugenia Laise, 2015

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...Cuando me anoté en esta materia, pensé que íbamos a escribir cuentos y nos iban a brindar herramientas para hacer una buena escritura. No solo aprendí un poco más de este mundo de la escritura sino que fui la que transmitió al grupo de la cursada recuerdos míos que estaban dormidos que, al recordarlos con mucha intensidad, parecía estar viviéndolos nuevamente.
Al ser pocas alumnas, pudimos soltarnos más generando un clima de confianza.
Acepté la crítica de mis errores en los relatos que hacía, ya que es un modo de aprendizaje el equivocarse.
Apenas una palabra o una consigna, “era suficiente para tirar del hilo, para empezar a devanar la historia”. Algunas veces eran propias o imaginadas por mí.

La escritura que más me gustó realizar fue la de crear una historia con los nombres de los caballos de carrera, ya que uno podía imaginarse una historia que podía ser real en nuestra imaginación.
"Entonces ¿para qué escribir, para qué leer, para qué contar, para qué elegir un buen libro en medio del hambre y las calamidades? Escribir para que lo escrito sea abrigo, espera, escucha del otro. Porque la literatura es todavía esa metáfora de la vida que sigue reuniendo a quien dice y quien escucha en un espacio común, para participar de un misterio, para hacer que nazca una historia que al menos por un momento nos cure de palabra, recoja nuestros pedazos, acople nuestras partes dispersas" (María Teresa Andruetto).   

 Bárbara Benitez, 2015
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Antes de comenzar el taller, conocía el modo de trabajo y la temática del mismo, por lo cual, la primer clase me sentí muy a gusto, aunque algo nerviosa por leer mis producciones en público. En general, me gusta escribir y tengo facilidad para ello; pero textos académicos, informes, y demás. No tenía mucha experiencia en la escritura de relatos. No soy buena creando historias, ni mucho menos adivinanzas o trabalenguas. Esto me inquietaba un poco. ¿Cómo iba a hacer para resolver cada propuesta? Sin embargo, clase a clase, desde las guías dadas por la profesora y con el apoyo de los textos pude sentirme cómoda con las tareas planteadas en cada encuentro. Como dice Rodari, “El maestro se transforma en un animador, en un promotor de la creatividad”. Y así fue con Silvia. El taller  fue un espacio para la exploración de la lectura y la escritura.


A lo largo de todo este tiempo, realizamos distintas experiencias y, desde ellas, comencé a amigarme con la narrativa, “a aflojar la mano” y a disfrutar de cada producción. Con cada propuesta trabajada sentí que enriquecí mi mochila de saberes para aplicar en mi futuro rol docente. Me gustó mucho trabajar con el texto de Rodari, y me parece una herramienta interesante con la cual contar siempre. 
También, disfruté de leer “La casa de los conejos”, de Laura Alcoba. Además, de ser una historia de gran calidad literaria e histórica, fue un gran ejemplo sobre cómo comenzar a escribir un recuerdo. Las narraciones que más me entusiasmaron fueron las de los recuerdos. El ir hurgando en la memoria, desentramando ideas, sensaciones, imágenes y diálogos de esos momentos, me ayudó a reencontrarme con recuerdos olvidados en algún cajón de la memoria. En todo ello, el taller me resultó muy útil, y  me llevo conmigo todos esos aportes.

Durante la cursada, se conformó un grupo pequeño, pero bien heterogéneo que nos permitió realizar ricos intercambios y aprender la una de la otra. Muchas veces sentí vergüenza de leer en público, pero con el correr del tiempo y al conocerlas un poco más, esta tarea fue más fácil. Finalmente, el trabajo de editores, por llamarlo de algún modo, nos permitió jugar desde otro rol, ver otra perspectiva de la narración. Entre todas logramos que cada producción sea aún mejor. Como dice Andruetto, “un escritor es un buscador cuyo placer más puro es encontrar entre miles de palabras, las palabras”, y así fue. Dicho todo esto, les entrego a ustedes, lectores, estos textos para su disfrute y deleite.

Eva Carnevale, 2015
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Este taller me aportó mucho desde lo más mínimo. Cada clase tenía en cuenta lo visto anteriormente para poder aplicarlo. Me gustó mucho la forma de las clases, su dinamismo, que a partir de un juego luego salieran narraciones, como sucedió con los binomios fantásticos.

El hecho de tener que leer mis narrativas adelante de mis compañeras, al principio, no me gustó mucho, ya que siempre un poco de vergüenza da. Al pasar las clases me fui animando más y hoy puedo decir que ya no me da vergüenza leerlas adelante de ellas.
 Me pareció muy interesante que corrijamos nuestras narrativas entre todas, ya que siempre nos hicimos críticas constructivas, y esa forma de corregir nos ayudaba a darnos cuentas nosotras mismas de nuestros errores.
 Fue una muy linda cursada. Me llevo, además de lo aprendido, varios textos que espero poder utilizar en un futuro. 
Yanina Bonelli, 2015
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En este taller imaginé, creé historias personales. “La función creadora de la imaginación corresponde al hombre común, al científico, al técnico, es tan esencial a los descubrimientos científicos como al nacimiento de la obra de arte, pero además, resulta necesaria para nuestra vida cotidiana” (Rodari). 

En este tiempo transcurrido escribí historias, leí cuentos (cosa que no hacía muy a menudo). Me sirvió para corregir algunos errores de redacción que tenía (Cuando escribo una historia, ahora, lo primero en que me fijo es en no repetir las palabras y buscar otras cuando se repiten). 

Cuando comencé a leer el texto de Andruetto, me sentí un poco identificada, ya que este taller me ayudó a explorar un poco más y soltarme a búsquedas nuevas. “Escribir más allá o más acá de las exigencias del mercado. Abrir siempre nuevos espacios personales, exploraciones nuevas de escritura y de lectura”.  Y comencé a leer cuentos porque entiendo que la lectura es también, una buena manera para poder seguir mejorando mi redacción.


 Luján Ocampo, 2015
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Iniciar un Taller de Narrativa me resultó una opción atractiva, considerando y conociendo mi gusto por la lectura y por escribir. Aventurarme a un espacio donde se pongan en juego cuestiones que nos llevaran a abrir las puertas a la imaginación, promoviendo así el proceso creativo de cada una o, al menos, el mío.
Escribir es un acto en el cual uno vuelca parte de uno, desde la experiencia, el deseo o lo que más crea, pero fundamentalmente, o al menos para mí, comprende en cierto modo: El dejar de lado una parte racional para dejar pasear los dedos sobre la hoja o el teclado, con total fluidez, sin detenerse a pensar, simplemente ser un torrente de agua, que va dejando su huella expresando cada palabra que lo mueve.
Este taller fue una llave para abrir el espacio a estos momentos de encuentro con la escritura y también para frenar, luego de volcar lo sentido, imaginado o deseado, a releer y optimizar esas escrituras a partir de reflexiones que se consideran cuestiones en torno a la narrativa en sí.
Particularmente, y quizás suene algo redundante, este taller me permitió reencontrarme con mi lado creativo que, por cuestiones de tiempo, han quedado un poco suspendidas, por lo que siento que le di un valor personal, disfrutando de los encuentros y las actividades de producción.
Enriquecer miradas a partir de la lectura de ciertos autores me pareció un modo interesante de reflexionar y ahondar en las diferentes propuestas narrativas que se nos ofrecen y en tanto podemos ofrecer.
Por otro lado, actividades como inventar definiciones a determinadas palabras escribiendo lo primero que se nos ocurriera no sólo me resultó divertido sino que también me pareció un buen ejercicio para agilizar la mente creativa, sin dar lugar a los prejuicios o las cuestiones que refieren a lo coherente o incoherente.
En general los trabajos realizados me gustaron, lo único que podría sostener es que me hubiese gustado realizar más producciones en clase o más de estos juegos-ejercicios.
El trabajo en grupo en estas ocasiones lo considero enriquecedor, ofrece la posibilidad de compartir las producciones, repensarlas y apropiarse aún más de ellas...


Laura Krzyzanowski

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...Ésta ha sido una experiencia muy rica en cuanto al mundo de la literatura. Con esto quiero decir, la posibilidad de haber visto diferentes modos de expresión, de diversión y creatividad a través de las palabras de lo que se dice, de lo que se insinúa y de los silencios que se meten para dar paso a las posibilidades del lector a que decida creer lo que a él le parece.
Pudimos explorar diferentes estructuras y técnicas de composición, pudimos crear nuestras propias redacciones en base a estas estructuras, yo pude, como alumna, “ser” poeta y escritora en este espacio.
Aprendí del maravilloso mundo de Cortázar, el cual desconocía por completo y pude ser parte del mismo a través de sus obras, de la visita al museo, de trabajar desde sus palabras, su lenguaje y juego. De su mundo surrealista, haciendo al lector cómplice y libre de elegir un final junto a él.

Mis expectativas con respecto al taller tal vez fue una vaga idea sobre la narración. Que nos iban a enseñar a escribirla y a como deberíamos leerla. Pero fue algo más y mejor que esto que yo creía, el tiempo es corto con las posibilidades y la riqueza que dan las palabras y la escritura en “todas” sus formas.
 El taller fue una experiencia positiva ya que como futura docente es más que necesario el saber expresarme y poder transmitirlo desde la literatura, el lenguaje y todas las posibilidades que nos dan las palabras, desde la ficción, la realidad y lo lúdico.
El poder ir más allá, es lo que permite esta cualidad maravillosamente humana que es imaginar, crear ideas, mundos posibles. Es otro aporte que me da esta profesión de poder construirles a mis alumnos un mundo de diversas posibilidades.
La riqueza del taller fueron estos aportes que yo desconocía; y me sirve para mi profesión y para mí, porque en lo personal uno va descubriendo cosas que le gustan. El trabajo en grupo y crear un espacio de sensaciones en iguales condiciones, la misma timidez, miedos, vergüenza, quizás, hace que uno se vaya relajando y se tome cierta confianza para leer lo que íbamos haciendo en voz alta.
Todo suma a mis conocimientos previos en este camino de formación. Además, el taller, no se limitó a conocer nuevos conceptos, formas sino que pudimos hacerlas y explorarlas desde la práctica, desde la visita a un museo, hasta el armado del centenario de la institución y las actividades en clase. El poder aprovechar estos eventos para  la acción es esencial para que esa idea trascienda y el poder compartirla para que los demás puedan conocerla.
2014
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...Pensamos que íbamos a aprender a narrar historias y cómo teníamos que entonar la voz. Pero resultó ser otra cosa más divertida y entretenida, como por ejemplo el ejercicio de “cadáver exquisito”, que nunca había tenido la experiencia de haberlo hecho antes y me resultó lo mejor de la cursada.

Me resultó muy útil la experiencia, ya que pude expresar mis sentimientos en recuerdos que eran tan sólo una foto en mi cabeza; además, las correcciones que hacíamos en clase me parecieron muy productivas para mejorar la redacción.  Con respecto al equipo, este año se formo un vínculo muy agradable y productivo, porque al ser un grupo reducido de personas, nos tomamos una cierta confianza, que en otros grupos nunca  sucedió.

2014
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Me encontré con un mundo totalmente desconocido o, más bien, dormido, si se lo podría llamar así. Mi cabeza no fluye ahora de la misma manera que en un principio. Me costaba muchísimo escribir algo, las ideas vagaban y no lograban aterrizar en la hoja. Hoy, después del taller considero que lo hago de una manera mucho más suelta.
Disfruté mucho de cada creación, de cada ejercicio, que me llevó a soltar mi imaginación como nunca antes.
Una de las actividades que más pude aprovechar fueron las correcciones grupales que se realizaron, ya sea para la formulación de nuevas ideas y estilos a partir de la lectura de los otros, como también todo lo que tiene que ver con la ortografía.
Me gustó mucho que haya sido un grupo relativamente reducido y la buena relación que se formó entre nosotras y la docente, quien acompañó desde muy cerca en cada consigna a realizar.
Me llevo muchas cosas positivas de este taller, me llevo enseñanza y por sobre todo la maravillosa experiencia de compartir, congeniar y aprender con el otro. Saberse escuchar, poder realizar críticas constructivas y no destructivas fue lo que para mí marcó la grata experiencia de la cursada.

Desde ya estoy sumamente agradecida a cada una de mis compañeras y a mi profesora.
Espero disfruten de mis narraciones tanto como yo al realizarlas.



María Celeste Perez, 2013
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Llegué a este Taller por recomendación de una amiga; y sin demasiadas expectativas es que comencé a transitarlo.
Al principio me mostré un poco tímida (no a cualquiera le resulta tan fácil “desnudarse en palabras” delante de gente que no conoce); pero enseguida le tomé el gustito a la pluma, y empecé a disfrutar de cada una de las propuestas.
Siempre me gustó expresarme. Con la esencia de las artes plásticas y musicales es que comienzo este camino, y voy integrando día a día nuevos lenguajes para enriquecerme.
Ya sabía que me apasiona la literatura, y en especial la infantil. Pero en este último tiempo descubrí que me encanta escribir; y que (aunque a veces por hobby hacía un que otro relato), disfruto de inventar historias fantásticas, delirantes y divertidas.
Me fue muy útil pasar por este espacio; creo que empecé a perder la vergüenza de exponer mis creaciones en público (aunque aún me falta un poco más de “escenario”); y además contribuyó a poner en práctica mis ganas de escribir.
Me divirtieron mucho las propuestas colectivas (como los “Cadáveres exquisitos” y “Cuentos a muchas manos”); creo que dieron como resultado cosas muy creativas y ricas.  De hecho me sirvieron como recurso para un nuevo proyecto que comencé en el Jardín en donde trabajo, en el que una caja con hojas y un lápiz viaja por las casas de los chicos en búsqueda de nuevas historias.
         Cada vez que me preguntan qué materias estoy cursando, me olvido de nombrar este EDI. Creo que para mí es un espacio de expresión más que una responsabilidad a la que cumplir; por eso pienso que fue muy positivo haber pasado por esta experiencia.

Nadia Puértolas, 2013
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La propuesta de escribir un texto diferente cada clase me gustó, porque de esta manera no sólo no repetía narraciones y temas, sino que permanentemente intentaba incorporar lo aprendido la clase anterior, evitando así el aburrimiento.
Particularmente  disfruto mucho de escribir cuando tengo tiempo, y como últimamente no lo vengo teniendo la producción de estos textos me brindó esa posibilidad.
Aprendí algunas reglas gramaticales que no sabía y siempre son útiles, sobretodo en una profesión como la que elijo. También entendí que siempre hay que revisar las producciones más de una vez para pulirlas y obtener así un mejor resultado.
La actividad  que me resulto más complicada, pero generándome al  mismo tiempo un desafío, fue la traducción del “Capitulo 68” del libro “Rayuela” de Julio Cortázar.
Al principio, no entendí nada y pensé que no iba a salir algo que tuviera sentido, pero luego comprendí que esa era la idea y dejé  volar mi imaginación. Fue muy interesante al intercambiar las traducciones con una de mis compañeras, ver cómo un mismo texto es disparador de historias tan diferentes.
El trabajo en equipo me pareció muy interesante y divertido, la realización de los cadáveres exquisitos fueron los momentos más lúdicos y entretenidos.
La sensación con la que me quedo es que estas pequeñas creaciones fueron una puerta para un nuevo camino. Tengo muchas ganas de algún día escribir un libro para chicos, con el tiempo y más herramientas probablemente lo lleve a cabo.

Flavia Abeleira López , 2013
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Nunca me atrajo mucho ni me sentí muy aficionada a la escritura. Será por esta razón quizá que, al iniciar el taller, mis expectativas sobre el mismo no eran las mejores, aunque también tenía cierto interés por ver de  qué se trataba realmente y de lo que tenía para aportar en mi formación como docente.
Hoy, una vez transitado y finalizado el taller, creo que son muchos los aprendizajes que me deja, haciendo de ésta una experiencia sumamente positiva y útil. Me gustó mucho el haber trabajado diversas y variadas formas de escritura, a saber: individual, por muchas manos siguiendo alguna consigna, partiendo de nombres que nos creaban determinados personajes, con una sola línea que luego formaría parte de un “cadáver exquisito”, apelando a la imaginación con algunas palabras sueltas como base de una historia, o simplemente contando alguna anécdota propia.
El impacto que tuvo esta experiencia en mí lo vi reflejado concretamente en el momento mismo de sentarme frente a una hoja y comenzar a escribir. Antes recurría siempre a los mismos temas o formato de escritura, y cuando no se me ocurría nada me daba por vencida y abandonaba la acción. Ahora, trato de variar las estructuras, y tengo más paciencia, además de las herramientas y recursos que me introdujo el curso, cuando veo que las ideas tardan en aparecer o intento concentrarme más en mi trabajo para no hacer siempre lo mismo.
Asimismo, el ejercicio de revisar y corregir mis propios textos y los de mis compañeras me resultó muy útil y práctico, no sólo para ver a través de una lectura o mirada más global expresiones repetidas o tiempos verbales mal usados, por ejemplo, y mejorar lo ya escrito, sino también para enriquecerlo, ampliarlo o darle mejor forma. Y el hecho de que terceros lean mis textos y me sugieran cambios también me fue muy efectivo y contundente para lograr un trabajo final.
En un principio, realmente no tenía mucha confianza en lo que podía llegar a producir. Pero hoy, finalizado el taller, creo que tengo la capacidad y la aptitud para realizar buenos trabajos, y que lo que me faltaba era desarrollarlas y explotarlas.
Carolina Valletta, 2013
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Al principio me pregunté ¿Dónde me metí?; pero con el correr de las clases, cada vez me gustó más participar e intercambiar opiniones con mis compañeras y con la profesora María Silvia Pérsico.

Cuando escuchaba las producciones de las chicas, pensaba que lo mío era un desastre, pero luego me ayudaron con críticas constructivas a corregir mis narraciones y debo admitir que aprendí muchísimo de todas.
Creo que este taller me enseñó básicamente a narrar, que era algo que yo no lo tenía muy incorporado y, a decir verdad, me costaba demasiado; creo también que el grupo que se formó fue excelente y me encantó haber compartido esta cursada con todas ellas.
Tras este prólogo podrán encontrar distintos tipos de narraciones, donde se puede apreciar mi crecimiento trabajo, tras trabajo; algunas más interesantes que otras pero todas valen la pena ser leídas.
Lucía Postiglione, 2013
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Al escribir siempre me tomo mis momentos, y saber que tenía que crear producciones a corto plazo, y leerlas ante un auditorio tan expectante, me limitaba más aún.
Como les contaba, al principio la experiencia fue rara pues me costó mostrar mis sensaciones y pensamientos. Con el paso de las clases permití abrirme, comunicar emociones y vivencias también.
Considero que me fue útil volver a retomar la escritura ya que me sirvió para otras materias como Taller de Prácticas, el cual tenía que realizar muchos registros y análisis del mismo.
...se formó un buen  grupo de personas, donde la interacción y la ayuda constante de mis compañeras estuvieron presentes.
Esta experiencia trajo además muchos recuerdos, algunos lejanos en cuanto al tiempo e incluso lugares; sensaciones, olores, imágenes que creía olvidadas. Este espacio posibilitó la creación de historias con personajes que nunca había escuchado, fantásticas y reales, y fue donde se concretó la oportunidad de que entre todas experimentemos, dejando cada una su huella. 

 María Eugenia Gauna, 2013


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Ciertas historias son totalmente ficticias, otras tienen algún condimento de realidad, una de ellas es un vivo recuerdo de mi mamá, pero particularmente una de las historias es básicamente una experiencia personal, una experiencia de amor, una realidad a la que no le pude poner más palabras porque sinceramente inicia y transcurre como la escribo, y no tiene final, ¡suerte que no tiene final!, porque a esa “Historia de histeria” no le pude dar más vueltas de las que ya tiene, porque si más vueltas le diera me alejaría de lo que quiero contar.
Este taller me enseñó a ahondar en mis recuerdos, en mis momentos vividos, en mi realidad, y a transcribir todo eso para poder compartirlo.
Aprendí que con una palabra se puede partir a un lugar impensado, que se puede imaginar, inventar, soñar, y también recordar.

Aprendí también a escuchar a mis compañeras, a admirar sus creaciones, a emocionarme descubriendo cosas.
Sinceramente mi expectativa con el taller era diferente, creí que nos íbamos a basar en criterios de creación, y en las creaciones mismas, pero con respecto a los niños, con respecto a la literatura infantil. Creí que aprenderíamos a narrar cuentos infantiles. Y la verdad es que me gustó que tenga un rumbo distinto, poder pensar en nuestra propia infancia, transmitir esos recuerdos, compartir con compañeras historias, sentimientos, momentos que estaban en nuestro interior y los pudimos plasmar en un escrito.
Aprendí también a corregir modos de escritura, y algo que me gustó (y me sirvió) aprender, es que dando datos descriptivos en el inicio de una historia se invita al lector, y al oyente, a imaginar eso que se lee o se escucha, a poder hacer figurativa una imagen en la mente, a crear imágenes de espacios, de lugares, a darle vida a los personajes, todo eso simplemente con detalles descriptivos.
En conclusión, finalizando este taller, puedo decir que todos podemos dar lugar a la imaginación cuando leemos; cuando escribimos; o cuando oímos un relato; un cuento; una historia; o un texto. Las palabras no están “porque sí” ordenadas de determinada manera, están porque un emisor lo piensa de tal manera, lo plasma y lo comparte, y llega al receptor, generalmente como se pretende.
Y yo con mis textos solo pretendo compartir recuerdos; sentimientos; o simplemente un relato, que quienes sean lectores de ellos puedan o no sentirse identificados, pero concretamente que puedan imaginar lo que están leyendo. Disfruten…

Natalia Pasetto, 2013
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Yo que casi nunca leo, mucho menos escribo, elegí este taller justamente por este motivo, quería mejorar esa parte poco trabajada a lo largo de mi vida. Como futura docente considero que poder narrar o contar una buena historia es un punto más que importante.
Al comienzo del taller me sentí un poco perdida, pero con el correr de las clases le fui encontrando la onda. Me gustó mucho, y me sirvió escuchar a mis compañeras ya que pude rescatar cosas muy interesantes de las producciones de ellas.

El poder revisar y corregir nuestros propios textos, creo que fue de gran ayuda. Aprendí a escuchar y aceptar críticas constructivas. El trabajo en equipo y sobre todo los cadáveres exquisitos fueron los que más me gustaron. Está muy bueno ver como de varias manos surgen cosas realmente muy buenas.



Yesica Galimberti, 2013
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Nunca me gustó escribir, siempre me costó mucho. Debo admitir que hacer este taller me sirvió mucho, de a poco logré tomarle aprecio a la escritura y a darle el valor que realmente tenía. Las actividades dadas me ayudaron mucho a recordar momentos vividos en el pasado, los cuales tenía en el olvido, eso creía… De hecho la mayoría de las historias tienen algo de mi vida personal. Disfruté mucho rememorando, creo que eso fue lo que más me gustó.
Además me fue muy útil para volver a ejercitar mi  ortografía y signos de puntuación, que aún me siguen costando, ya que los olvido con mucha facilidad.
La experiencia del trabajo en equipo fue muy buena,  me permitió conocer al grupo y la forma de expresar de cada una. Incluso al escuchar y leer los diferentes textos me sirvieron para crear mis historias.
Espero que les guste y disfruten de mis creaciones o,  simplemente,  sacarles una sonrisa.

                                                                                                                 Flavia Gentile, 2013

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Al comenzar el taller, pensaba que iba a ser un lugar donde sólo leeriamos y reconoceríamos literatura infantil. Pero cuando comencé a escuchar a la profesora me di cuenta de que no. Ahí fue cuando comencé a entrar en pánico. Me bloqueaba el solo hecho de pensar si les gustarían o no mis historias a las compañeras.
Por suerte, el grupo que se armó fue muy lindo, y cada una de mis compañeras escuchaba y leía las elaboraciones de las demás con total respeto.
A modo personal, el taller de narrativa me ayudó mucho a corregir mis narraciones, a aprender a hacer una crítica constructiva de un texto y, lo que es más importante, a dejar volar mi imaginación.
Desde ya quiero agradecerle a la profesora por la enseñanza dada y a mis compañeras por compartir sus historias conmigo y permitirme, por un rato, volar en un mundo lleno de fantasías.

Belén Andrés, 2013
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A quienes les gusta la milonga, como lo es para mí, estará presente la apreciación de mi experiencia sobre la clase de tango... Hallarán las aventuras de un astuto gato y a un príncipe compasivo. También formará parte una historia en lunfardo, que cuenta la vida de un "tipo" que se juega por su mujer. Y para aquellos a quienes les guste lo sombrío no pueden faltar historias de terror. Todos estos cuentos son de una gran riqueza imaginativa. Se trata de sensaciones que me hizo y los hará penetrar en un mundo sorprendente.
También quiero contarles que, a lo largo de esta cursada, considero que las narraciones fueron una de las formas privilegiadas de transmitir las experiencias vividas, expresar sentimientos y aprendizajes. Escribir estos relatos me enfrentó al desafío de encontrar una forma de comunicarme. Pero… para quiénes me escuchan, los que están del otro lado: ¿Cómo entenderán lo que les digo? ¿Qué nuevas ideas o sentimientos les surgirán?
Por eso establezco que este taller, me aportó diferentes ideas, a su vez, el ser escuchado, el dialogar, fue sumamente significativo. Por otra parte, me impulsó a disfrutar de los momentos de creación e instancias de reflexión. Sobre todo agradecer a la Profesora María Silvia una persona que hizo posible que hoy tenga estos escritos entre las manos.
Impulsó a difundirlo, a usarlo como material fructífero para nuestra carrera...Cada historia, cada cuento, cada experiencia propia tiene su originalidad, y será tanto más rico si podemos compartirlo con otros y decirnos aquello que nos inspira.
Aspiró a que en el futuro pueda seguir realizando narraciones, ya que ha sido una gran responsabilidad para mí el haber trabajado con cada uno de los relatos presentados.
Espero que esta cursada aliente a todos los que participaron a seguir escribiendo, e inviten a otros a que también lo hagan. Creo que la lectura y la escritura hacen más grande la vida.
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El mundo de las letras es un mundo lleno de fantasias y donde los límites pocas veces están presentes. La libertad se nota a simple vista y el goce es máximo cuando se aprende a disfrutar de la literatura.




Crear narraciones, ya sea en prosa o en verso, es entrar en un mundo lúdico y dinámico, en que comenzamos a descubrir la escritura de narrativas propias.

Dejar fluir nuestra imaginación, nuestro lápiz y, simplemente, crear.


...Al comenzar este taller no tenía mucho conocimiento sobre lo que íbamos hacer en el transcurso del mismo. Era un interrogante el cual fue desapareciendo durante las primeras clases al ir contándonos la profesora de que se iba a tratar. Cuando nos dijo que íbamos a escribir nuestros propios textos me pareció un taller diferente, lo cual me interesaba mucho, pero a la vez me generaba miedo, vergüenza.



Al pasar las clases e ir leyendo los textos en voz alta, al principio me costaba pero después empecé a tomar confianza en mi grupo y en la profesora, ya que veía que cada una escuchaba atentamente el texto de la otra y la profesora misma escribía sus textos, situación que me pareció muy rica ya que me genero la sensación de que la profesora estaba a la par de nosotras; gracias a esto fui perdiendo la vergüenza.





Frente a las consignas, algunas me costaron comenzarlas más que otras; pero igualmente era cuestión de comenzar a escribir “largarse” y ahí aparecía todo solo.




Me gustó mucho este taller, de verdad lo disfrute; estoy muy conforme con el grupo que se formó y como comentario personal me hubiera gustado escribir más textos en grupo.



Como escritora fue un taller muy rico, el cual recomendare a otras compañeras que aún no lo hayan hecho tanto por la profesora que lo dicta y por como fue abordado durante la cursada.



Muchas gracias…. Y ahora sí los dejo con mis escrituras….


Antonella, 2012
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...Los miedos me invadían al comenzar la cursada. Sentía que no iba a poder disfrutarlo como de verdad deseaba hacerlo, y que todo iba a ser una carga y obligaciones a cumplir.
Pero me llevé una sorpresa, ya que me encontré con un mundo totalmente lúdico y dinámico, donde las escrituras formaban, sin darme cuenta, el noventa por ciento de las clases. Es decir constantemente escribía, leía y compartía con mis compañeras. Pero no me pesaba como yo pensaba, por el contrario, lo disfrutaba. Me gustaba oír a mis compañeras y a mi docente leer sus producciones, disfrutaba leyendo mis narraciones a ellas.

Aprendizajes que me llevo son muchos y experiencias también, todas productivas y provechosas.
Siento que pude “soltarme” un poco más con la escritura y que si bien no me siento totalmente preparada para realizar grandes narraciones. Creo que el interés se me despertó y eso es algo importante a la hora de generar narraciones. Siento que me falta mucho por aprender, pero las ganas ya las tengo y es gracias a la cursada y al dinamismo de la misma. Espero, en estas clases que quedan, seguir compartiendo creaciones con el grupo, y seguir creando, de la manera en la que lo estamos haciendo. Tan bella y naturalmente.

Ornella, 2013

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Como colgadas de una enredadera, las sensaciones caían a mi lápiz y se hacían palabras, como una catarata fluían hacia mí como si se abriera una canilla. Fue una experiencia rara, nueva, porque de repente estaban ahí y se hacía fácil imaginarlas. Por momentos iban más rápido en mi cabeza que lo que tardaba en bajarlas al papel, y mis dedos, desesperados, escribían tratando de que no se escapara ninguna.

Recuerdos que volvían desde tiempos y lugares lejanos. Olores que no sabía que estaban dentro de mí. Fotos tan nítidas que parecían estar en un portarretrato. Historias fantásticas que bajaban de la mano de personajes desconocidos, con vidas que me son familiares. Juegos literarios que nos dieron la oportunidad de mezclar nuestras ideas y crear un nuevo texto, una historia entramada donde cada una dejaba su huella.

Éstas son algunas de las experiencias que me dejó este taller literario.

Los dejo con mis narraciones, esperando que pueda llegarles a ustedes algo de todas las sensaciones que lleva cada una de ellas.

Silvina Martínez, 2013


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...Cuando me inscribí supuse que la temática era diferente, y que iban a brindarme herramientas para una buena narración de cuentos o relatos para niños de nivel inicial; no sólo que no fue así, sino que la cursada tenía una finalidad más importante y era el desarrollo de mi experiencia como escritora de mis propios recuerdos tan profundos y pasados.
Gracias a un grupo que se conformó,con compañeras amables y respetuosas, pudimos soltarnos y generar una cierta confianza para el clima de trabajo. Supimos crear y valoras críticas constructivas para los relatos ajenos y los propios, sin caer en una corrección de errores desagradable y despectiva.



Hoy, después de cuatro meses, puedo decir que mi experiencia de escritura fue sumamente útil y que me brindó aprendizajes que me servirán para explayar mis ideas o pensamientos en una hoja en blanco y con un lápiz en mano.
Alina Baldovino, 2013
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Me resultó muy útil la experiencia, ya que pude expresar mis sentimientos en recuerdos que eran tan sólo una foto en mi cabeza; además, las correcciones que hacíamos en clase me parecieron muy productivas para mejorar la redacción. Con respecto al equipo, este año se formo un vínculo muy agradable y productivo, porque al ser un grupo reducido de personas, nos tomamos una cierta confianza, que en otros grupos nunca sucedió.

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Antes de que lean mis creaciones, quiero contarles que antes de comenzar el taller, creía que el mismo se iba a centrar en los errores de puntuación y ortografía, que lo que escribíamos se iba a asemejar a las producciones que realizaba en el colegio, en las cuales se me dictaba una consigna y la imaginación pasaba a un segundo lugar. A las primeras clases concurría con pocas ganas, pensando que el taller iba a resultar tedioso y más de lo mismo. Con el pasar de las semanas, me lleve una grata sorpresa y mi entusiasmo fue aumentando.

Disfruté mucho el escribir de otra manera, sin tener que preocuparme tanto en cómo lo debía escribir, sino que me pude soltar. En un primer momento, no me gustaba leer y me ponía muy nerviosa, pero luego fui dejando esto atrás.

No estaba al tanto de la imaginación que tenía. Creo que este taller me ayudó a escribir cosas más extensas y creativas, como así también a poder abrirme más, llegando a escribir cosas personales.

La modalidad de trabajo me pareció novedosa, ya que el hecho de leer nuestras producciones para luego recibir una crítica constructiva por parte de mis compañeras no es algo que se suele hacer. En mi caso, me gustó el poder sentirme parte de la escritura de las chicas, aportando correcciones o sugerencias. Me parecieron interesantes las consignas e ideas que se propusieron como puntos de partida, debido a que nunca pensé que iba a escribir sobre nombres de caballos, ciudades con nombres desconocidos o instrucciones de algo.
Eugenia Bontomasi, 2013

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...La cursada tenía una finalidad más importante y era el desarrollo de mi experiencia como escritora de mis propios recuerdos tan profundos y pasados.


Gracias a un grupo de compañeras amables y respetuosas que se conformó, pudimos soltarnos y generar una cierta confianza para el clima de trabajo. Supimos crear y valorar críticas constructivas para los relatos ajenos y los propios, sin caer en una corrección de errores desagradable y despectiva.

Hoy, después de cuatro meses, puedo decir que mi experiencia de escritura fue sumamente útil y que me brindó aprendizajes que me servirán para explayar mis ideas o pensamientos en una hoja en blanco y con un lápiz en mano.

Alina Baldovino, 2013

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...Las expectativas que tenia de este taller eran típicas, ya que sabía que tenía que ver con la escritura y lectura, pero, sorpresivamente, me cambió la forma de pensar, al creer que era algo cotidiano, y pude expresarme escribiendo. 



Las dinámicas de las clases, hicieron que los trabajos fueran divertidos, aunque con muchos tuvimos que estar clases seguidas haciendo correcciones. 



Lo que me gustó fue que no tenía una actividad obligatoria sino que por diferentes cosas surgían contenidos en las clases mismas. (Por ejemplo el empezar a crear una leyenda, anteriormente hablamos en la clase con una compañera de las leyendas que se creaban en la provincia en que ella vivía). 



Fue realmente divertido crear una leyenda como también un cuento o acordarse de un recuerdo y de allí crear una linda historia. 



Lo bueno de este taller es que cada uno de nosotras pudo descubrir ese talento que hasta ahora ninguna ponía en práctica. 



Me encantó la idea de que pudiéramos corregirnos los trabajos entre todas, y el ser pocas alumnas ayudó a que tuviéramos tiempo de sobra para poder expresar nuestras ideas hacia nuestros trabajos y a los de las demás. 



Me fue muy útil ya que pude entender que todas las correcciones que me hacían eran para un mejor rendimiento de escritura. 



Lo que más me gustó fue que las consignas que daba la profesora antes de comenzar a escribir, generaban un gran clima que permitía la imaginación. Y eso hacía que la escritura fuera más rica en contenidos. 



Por último me gustó la idea de aprender a jugar a través de los diferentes cadáveres exquisitos, en los que todo nuestro potencial se transcribía en unas pocas palabras y hasta las cosas más alocadas luego tenían coherencia con el argumento. 



Sin mucho más que agregar, les dejo estos textos para que puedan conocer mis creaciones.

Ayelén Arcidiácono, 2013